martes, 18 de noviembre de 2008

LA MIEL Y SUS EFECTOS ANTIBACTERIALES



Uno de los alimentos en estado natural más deliciosos y adictivos para mi paladar es la miel, la joya más preciada de los panales que adorna todas las mañanas mis tostadas y a quien de tanto en tanto asalto con alguna cucharada.

No han sido pocas las veces en las que en OtraMedicina hemos hecho alusión a la miel como un agente combatiente de ciertos problemas de salud como la tos o los dolores de garganta. Pues bien, ahora más allá de las conocidas propiedades antivirales de la miel, tenemos datos de sus propiedades antibacterianas.
Ocurre que la miel es un excelente remedio para tratar las colonias de bacterias invasoras que se asientan en nuestra piel, logrando así su exterminio en mayor medida que lo que podría hacer un antibiótico convencional, lo cual ha sido comprobado por el Academic Medical Center de Amsterdam.
En colonias de bacterias reconocidas como la E. Colli la utilización de parches de tratamiento con miel sobre la piel de los afectados, las colonias de bacterias se lograron reducir hasta cien veces más que con un tratamiento convencional.
Las bacterias mutan demasiado, y en algunos casos ya ni se crean antibióticos que sean eficaces debido a lo costoso de esta tarea. Por el contrario, la medicina natural muchas veces esconde respuestas que existen ante nuestras narices, o a veces ante nuestros paladares. La miel es una de ellas.

La miel es uno de los alimentos más antiguos de los que se ha venido beneficiando el ser humano y que nos brinda un sinfín de propiedades medicinales. La miel más oscura es rica es en minerales y vitaminas B y C, la más clara es más rica en vitamina A.




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